martes, 3 de marzo de 2015

El Ministerio del Tiempo o la nueva televisión española


Hay que reconocer que TVE, en cuestión de series, se arriesga. Aunque en ocasiones no acierte o le salga el tiro por la culata. Con El Ministerio del Tiempo ha vuelto a demostrar su apuesta por productos arriesgados. Porque los thrillers basados en viajes en el tiempo no forman parte de lo considerado como normal en nuestra televisión y ni siquiera se parece a lo que está acostumbrado a ver su perfil de audiencia, claramente envejecido. Pero en un alarde de innovación o de inconsciencia ha dado el visto bueno a una trama que tendría mucho más sentido para el tipo de público que ve Antena 3, por ejemplo. Una decisión gracias a la cual tenemos la posibilidad de disfrutar de una creación, al menos, muy diferente a lo que se nos suele ofrecer en la ficción patria. 


El elenco artístico de El ministerio del tiempo


TVE se ha arriesgado antes y en algún caso le ha salido muy bien. Especialmente con Águila Roja. Ahora todos la vemos con normalidad pero, ¿se imaginan cuando sus creadores fueron a explicársela al directivo de turno? “Es un superhéroe del Siglo de Oro español que ha aprendido sus técnicas en un viaje a Japón, convirtiéndose en una especie de soldado Ninja que busca el Santo Grial”. Yo me lo pensaría mucho antes de darle el visto bueno…

Lástima que la audiencia no acabe de acompañar un producto de calidad como este. Será porque el departamento de programación del ente público decidió estrenarla erróneamente en una jornada de martes difícil. Pero aún así aguantó el empuje de la serie Bajo sospecha con cierta dignidad. Eso sí, la han acabado de matar tras cambiarla de día en el segundo capítulo y ante una competencia aún más complicada. Y encima con problemas de audio en HD... 


Con las audiencias en diferido se gana certeza

Seguro que El Ministerio del Tiempo da alegrías, en cambio, en la emisión en diferido. En otro salto más hacia el futuro o, más bien, en una adaptación obligada a este tiempo, la empresa de medición del público televisivo ha comenzado a medir la audiencia en diferido, es decir, lo que se ve a través de Internet. Dado que se está convirtiendo en un canal muy importante de visionado, seguro que las empresas audiovisuales le dan mucha importancia a estos datos. Quizá cambie, incluso, el modo en el que tratan a sus productos o la producción en si misma y empiecen a contar otra serie de factores más allá del número de personas que se colocan ante la televisión convencional.


La televisión a la carta de TVE