Porque lo que me ha quedado claro en mis acercamientos es que el Camino es, también, convivencia. Altas dosis de conocimiento mutuo, respeto y hermandad de seres humanos muy distintos pero con un objetivo común. Gente que no solo vive su propia experiencia sino que la mezcla con la de los demás, convirtiendo el momento particular en algo mucho más grande.
Igual que no me pude sustraer, ni siquiera como visitante, de la magia que desprende el camino, no pude, tampoco, dejar de recordar el otro camino que pasa por el centro de mi pueblo, Alcorisa, y que recorre gran parte del Bajo Aragón.
Estoy seguro que existe porque así lo aseguran unos carteles de tamaño considerable. Y además están las flechas amarillas, que yo sé (otros muchos no) que indican la dirección del recorrido, o los conocimientos que recibí de la activa Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Alcañiz cuando trabajaba en La COMARCA Te Ve.
Pero, en realidad, es difícil ser consciente de que una ruta de peregrinación cruza el territorio bajoaragonés. Y ¿por qué?. Pues porque faltan los peregrinos. Al menos en un número suficiente como para ser reconocidos como tal. Así que, si estamos en proceso de dar a conocer nuestro Camino, me parece que aún queda mucho trabajo por hacer.

1 comentario:
genial el camino de Santiago. Esperamos q lo hayas disfrutado, y nada de todo lo que te haya pasado se te va a olvidar! buen camino!
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