El primero se produjo a la altura de Calatayud. Fue cuando el autobús hizo una parada técnica en esta ciudad aragonesa, con la intención de dejar a una joven, cuando desperté de un ligero sopor. Antes del susodicho sopor estaba escuchando con los auriculares la Cadena Ser, pero en cuanto me desperte un poquito me di cuenta que, en aquel momento, ya no estaba escuchando dicha emisora. Reconocí inmediatamente la voz del radio-predicador César Vidal, que lanza sus diatribas cada noche en la COPE. El individuo este dijo, en apenas los 5 minutos en los que estuve escuchándole soltó perlas como estas:
- En Cataluña hay un gobierno Nacional-Socialista (con lo que la unión de esas dos palabras implica en el subconsciente colectivo).
- El movimiento internacional de Gays y Lesbianas acoge en su seno a grupos que abogan por la pederastia.
- El cartel del Festival de Cine Gay y Lésbico de Barcelona incita a la pederastia.
- Por lo tanto los gays y las lesbianas son pederastas.
- El alcalde del Las Palmas de Gran Canaria, el socialista Jerónimo Saavedra, es masón... Y muchos del PSOE lo son... Y encima apoyan 'Educación para la Ciudadanía'... "No me extraña", dice el presentador. ¿Qué querrá decir?. Me pregunto si hacen mención a la condición de numerarios del Opus Dei de muchos miembros del PP y lo presentan como si fuese una amenaza, como sí hacen con los masones, al más puro estilo de décadas pasadas...
Aquí al lado reproduzco el cartel del Festival Internacional de Cine Gay y Lésbico de Cataluña que, en opinión de César Vidal, refleja claramente las tendencias mucho más que desviadas de los maricones y bolleras apoyados por el gobierno nacional-socialista catalán...
.... Hubo algo más, pero mi cerebro se niega a procesarlo. Gracias al cielo verdadero (al que creo que se llega sin intercesión de los obispos de la Conferencia Episcopal Española) el conductor debió quedarse tan sorprendido como yo y lo quitó inmediatamente. De hecho prefirió el ruido y las interferencias al sonido claro que provenía de la ciudad de Calatayud.
.... Hubo algo más, pero mi cerebro se niega a procesarlo. Gracias al cielo verdadero (al que creo que se llega sin intercesión de los obispos de la Conferencia Episcopal Española) el conductor debió quedarse tan sorprendido como yo y lo quitó inmediatamente. De hecho prefirió el ruido y las interferencias al sonido claro que provenía de la ciudad de Calatayud.
La segunda arcada me sobrevino a consecuencia del susto provocado por las palabras de César Vidal. Como no conseguía volver a dormirme pensando en la mierda que tendrán en los cerebros los que se expongan diariamente a este sujeto y ya no había radio que escuchar, me enganche a la película.
Una comedieta estúpida protagonizada por dos grandes en su época pero que en el momento que rodaron esta película andarían ya por los 70 y muchos: Walter Matthau y Jack Lemmon. La arcada me vino cuando vi que, entre los devaneos propios de la tercera edad de una peli que se desarrolla en una sala de baile de un crucero, los productores habían decidido que Walter Mattau debía enrollarse con una cuarentona, más concretamente con la actriz que hacía de 'Wipper' en 'Ally McBeal'. Sé que los matrimonios entre cuarentones y ochentones están a la orden del día pero ¿era necesario ver dar un beso de tornillo al octogenario Walter Mattau?. Pero si ni siquiera era agradable cuando era joven...