jueves, 27 de febrero de 2014

El final de la serie

Que extraña es la sensación que provoca la certeza de que se está a punto de perder una parte de la vida de uno. Son partes pequeñas, es cierto. Su desaparición no será traumática. Pero han ocupado tanto tiempo en nuestras vidas que si que dejan cierto vacío. Que nadie se ponga demasiado serio/a. Escribo de series.

Tras 6/7 años de curiosidad, de deseo de saber o ansía por disfrutar/sufrir del nuevo episodio tras geniales finales de infarto que abrían nuevas preguntas, sentí un vacío muy real cuando acabo 'Lost'. Realmente sentí durante un tiempo la ausencia de Locke, Sawyer, Jack, Kate, Desmond o Ben Linus, sólo amortiguada por un final que no extasió lo debido. Ésta fue, además, la serie que inauguró una nueva época de vuelta a los conflictos seriados como fórmula de especial enganche, más allá de los tradicionales "culebrones".

Pero para engancharse a una serie no hace falta una potente trama serializada. La magia la ponen los personajes, los escenarios… Pensaba que no podría vivir de la misma manera después del último 'El ala oeste de la Casa Blanca'. ¿Pero cómo podía el mundo prescindir de Joshiah Bartlet y de su equipazo de gabinete? No podía entenderlo.




Eché mucho de menos a 'Fraiser' cuando dejó de aparecer en las pantallas. ¿Por qué nadie la repone?. Pensaba que me pasaría lo mismo con 'Dexter', otro personaje de los carismáticos, pero no. Quizá fue por la mediocridad de sus temporadas finales. Aunque no me pasó lo mismo con 'Smallville', cuyo final si me provocó cierta nostalgia pese a que las dos últimas de sus 10 temporadas fueron bastante tristes para lo que había sido. Es que 10 años y grandísimas temporadas (¡ese gran Lex Luthor!) dejan huella. Y tampoco consigo olvidar del todo a ese gran grupo de protagonistas principales que conformaban las 'Mujeres desesperadas' (¿que será de alguna de ellas?).




Así que ahora ya me voy preparando para decir adiós a mis chicos y chicas de 'Cómo conocí a vuestra madre', los sucesores en mi corazoncito "seriéfilo" de aquella otra gran serie maravillosa y también muy recordada que fue 'Friends'. Estoy disfrutando con la más magnánima de las visiones de sus últimos capítulos. Atendiendo a cada una de las referencias al universo de la serie, a esos cierres de pequeñas tramas que han caracterizado a Ted, Robin, Marshall, Lily y el fantástico Barney. La echaré de menos.




¿Qué será de mi cuando acabe 'Supernatural'? Menos mal que ya sé que llegará a las 10 temporadas. Al menos como 'Smallville'.

martes, 25 de febrero de 2014

'Operación Palace': la polémica del falso documental

Se esperaba con expectación el trabajo de investigación de Jordi Évole sobre el intento de golpe de Estado. El grupo ‘Atresmedia’ le había dado relevancia con una machacona campaña de promoción. El aura de periodista incorruptible e inquebrantable que se ha ganado el catalán revestía al documental de una sensación generalizada de especial confianza. Porque si alguien, hoy en día, puede atreverse a contar toda la verdad sobre lo ocurrido, ése es Évole. A esto hay que sumar la querencia de los humanos por creer en conspiraciones para adornar feas realidades. Especialmente si el episodio en cuestión mantiene interrogantes abiertas, como ocurre con la asonada militar de 1981.


La técnica del falso documental se ha experimentado en numerosas ocasiones. Es un ejercicio de creación que puede servir para profundizar en un determinado suceso, explorando posibilidades y creando debate. Pero no deja de ser ficción. Y así debe quedar claro, tal y como hizo al final el trabajo de Évole. Por entonces muchos ya pensábamos que lo que estábamos viendo no podía ser cierto. Otros, con el sentido crítico menos aguzado o conquistados por la ideología, se lo creyeron a pies juntillas y posiblemente lo utilizarán como cierto en el futuro.

Porque, aunque ficción, el documento apuesta por una teoría que retrata una intención, en este caso dejar en mal lugar a un Rey y una clase política necesitados de la adhesión del apoyo popular. Eso, por muy falso que sea el desarrollo, queda fijado a fuego en el subconsciente de muchos. Y aunque el que algo sea mal utilizado no implica que deba ser condenado, no está mal que se sepan los riesgos.

Por cierto que el propio Jordi Évole ha dicho que su 'Operación Palace' se ha inspirado en 'Operación Luna', un falso documental que negaba la llegada de los americanos a la Luna en 1968 y atribuía el mérito a una grabación dirigida por el mismísimo Stanley Kubrick. Desde entonces el nombre del famoso cineasta siempre se une a las teorías conspiranoicas sobre la conquista de nuestro satélite.


Muchos establecen el origen del falso documental en la famosa 'Guerra de los Mundos' radiofónica de Orson Welles, que a tantas personas provocó pavor. Hasta ahora en España no se ha explorado este género televisivo. Aparte de pequeñas experiencias en informativos, que causaron no pocos problemas a sus responsables por no ser entendidas por los jefes, el trabajo más destacado fue el que desarrollaba la hipótesis de un final distinto en la Guerra Civil española, también emitido por La Sexta con el título 'Viva la república'. ¿Será el éxito de la historia de Évole el principio del desarrollo de esta fórmula televisiva en España?