Democracia es votar, claro que si. Y lo que muchos hicimos el domingo es un ejercicio sano y necesario en democracia. Pero lo que no queremos aceptar muchos es que ésta sea la única manera de participar en el juego político.El único hilo directo que una al conjunto de la ciudadanía al quehacer diario de las instituciones y, por otro lado, la única ocasión en la que nuestros políticos se sientan obligados a atendernos y entendernos.
Porque democracia, además de votar, es argumentar y debatir. Es contrastar opiniones. Es reivindicar en libertad. Y, por supuesto, es influir en la labor diaria de nuestros representantes.
Una pretensión lícita que se escenifica algunas veces en reuniones pomposas con los más ricos en los más destacados centros de poder. Otras se articula a través de manifestaciones más o menos ruidosas organizadas por grupos de presión. Y, pasa mucho, también se influye con reuniones en despachos cerrados, sin taquígrafo y con agenda tan concreta como, muchas veces, oculta.
Por supuesto que los foros surgidos de forma espontánea en decenas de ciudades españolas y concurridos por miles de ciudadanos anónimos tienen voluntad de influir. De hecho, es esa pretensión lo que le da sentido. Pero las propuestas se conforman en público, con debates abiertos y sin apuntar a nombres o siglas concretas. Y como, al contrario que los banqueros, especuladores, sindicatos, asociaciones de electores, etc., no hay nada que dar a cambio, se pide con todo lo que es uno, maltratando vidas y cuerpos durmiendo en la calle, dejando a un lado la vida normal y las comodidades.
El objetivo pasa por la visibilidad, porque todos conozcan la indignación y se unan a dar soluciones para implicar al político y obligarle a dar la cara, aunque no haya elecciones a la vista.
1 comentario:
acabamos de llegar a casa después de haber participado durante 2 horas en un foro-debate-exposición de ideas sobre educación que además de haber sido muy interesante me ha parecido un verdadero lujazo el poder expresarnos y el poder aportar ideas.
Desde Iruña con amor, jeje.
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