martes, 27 de septiembre de 2011

Cuesta abajo y cuesta arriba

Ha querido el destino que un tio como yo, que no huye pero que mira de lejos la gran parte del cine español que se estrena, haya visto dos pelis del país en dos semanas. Y, mira tu, al menos no he salido tan cabreado como con otras muchas que me provocan úlcera de estómago tan solo con pensar en la suerte que ha tenido eso que se hace llamar director por tener dinero o amigos en el ministerio...

Tanto 'La piel que habito', de Almodóvar, como 'No habrá paz para los malvados' de Urbizu tienen en común una gran idea general. A su favor cuentan con tirar de grandes historias. Las dos ideas bases del guión me parecen cojonudas. Y, además, también puedes disfrutar de grandes interpretaciones. Elena Anaya y José Coronado están cojonudos, oye... Qué hostias, en la peli de Urbizu están cojonudos casi todos.


Pero en ambos casos debo decir que no me gusta el desarrollo y la administración que hacen de la idea y de la historia. Y eso lo dice uno que ni es Almodóvar ni Urbizu y que, posiblemente y aunque lo quiera, no llegará a serlo nunca. Pero es que lo de obviar lo de los puntos de giro, la trama tan lineal, tan plana.... Es que yo soy más del ritmo blockbuster... A mi lo de la película de Almodóvar (obviemos tigre) me parece de ritmo sin sangre. La de Urbizu mejora bastante, pero a ambas les pasa lo mismo: VAN CUESTA ABAJO. Y las buenas historias deben ir CUESTA ARRIBA.

El cuesta abajo de 'La piel que habito' es sostenido y continuo. La historia fluye como fluye el río, por la fuerza de la gravedad y hacia el mar. El cuesta abajo de 'No habrá paz para los malvados', es verdad, llega mucho más tarde. Afortunadamente tan sólo quedan 20 minutos para acabar... Hasta ese momento he visto una gran peli. Lástima que de la sensación de que no han sabido acabarla. Porque vaya dos finales...

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