jueves, 6 de marzo de 2014

Artículo: La eterna sinrazón


Salgo de ver la película ‘La ladrona de libros’. Y lo hago nuevamente impresionado por el horror que supuso el régimen nazi. Porque lo que se ve en el metraje no es nuevo, pero es imposible dejar de sufrir cada vez que se ejerce la fuerza del totalitarismo y la sinrazón. En todas las ocasiones en las que se refleja la xenofobia o el gobierno del terror… La historia nos muestra cómo sufrieron aquella dictadura los propios alemanes. Además, somos testigos de los hechos desde la mirada de unos niños. Y es muy interesante verlo todo simplificado. Compartir análisis sin contaminar, creados sólo por propias experiencias y un filtro muy claro que no duda al separar lo bueno de lo malo. Casi libera esa forma sencilla de ver el mundo en un tiempo demasiado complicado.


Una imagen de la película 'La ladrona de libros'.

Desgraciadamente crecemos. Y olvidamos que las cosas pueden ser sencillas. Nos sometemos a valores y condicionantes heredados. Nos envolvemos con banderas o nos marcamos con símbolos. Y, de algún modo, los situamos entre lo más importante. Incluso por encima de la propia vida, de nuestra primera condición de personas. De iguales.


Es descorazonador ver una película de la II Guerra Mundial en una realidad de nuevo prebélica. En esta sociedad en la que todo evoluciona, se están repitiendo los patrones de la Guerra Fría. ¿Se repetirá otra crisis de los misiles en el caso de Ucrania?  El temor a la guerra no es del todo infundado, dicen. ¿Es que siempre nos amenazará la sinrazón?  


Los soldados sin identificar que comenzaron una nueva 'guerra fría' desde Ucrania.

No hay comentarios: