La impulsa la comunidad gay, lesbiana y transexual pero es la fiesta de todos. Tan sólo tenéis que ver estas fotos que pertenecen al momento en el que miles de personas ocupábamos la calle Alcalá, a la altura de la Cibeles, bailando al ritmo que marcaba Mario Vaquerizo, el marido de Alaska, mientras ésta ondeaba una bandera. Una discoteca ambulante como cada una de las decenas de carrozas que siguen a la manifestación multitudinaria. Y así hasta la Plaza de España por toda la Gran Vía. En Madrid, este fin de semana, se respiraba libertad.
Entre unas cosas y otras estoy que no paro. Primero fue la victoria de la selección en la Eurocopa y la fiesta posterior, este fin de semana ha tocado el Orgullo, y la semana que viene me voy a mi cita anual con otra gran fiesta: la vaquilla. Supongo que luego toca la Expo, la inauguración de mi nueva peña masina y, por último, a Granada... Ni un sólo fin de semana en la cama.
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