Llevaba alejado dos años enteros de mi tambor, el que con tanta ilusión compré hace ya mucho tiempo a uno de los compañeros de toque del mismísimo Buñuel, acompañado además por mi gran amigo Jorge. Y al cogerlo este año, quizá por estar bien acompañado, por sentir sus ganas, por estar rodeado de ambiente tamborilero, me puse muy nervioso e incluso me emocioné...La de la rompida de la hora fue una gran noche. A la altura de aquellas que pasaron hace tiempo y no entiendo por qué no continuaron. Como si el cambiar de vida fuera motivo para dejar de querer y de emocionarse con las cosas que te emocionaron en otro tiempo... Pero cuando son emociones básicas y arraigadas como el tambor en mi pueblo, al final vuelven las mismas sensaciones... Yo he tenido la suerte de vivirlo este año.
2 comentarios:
¡Que gracia! yo tambien recorde este año aquel momento en que compraste tu tambor en calanda, que tiempos,... Bueno a ver si un rato de estos te llamo y te felicito como dios manda. Besos
Por cierto, salisteis muy guapos en la tele
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