Supongo que así será. Porque un análisis sociológico debe basarse en una realidad sociológica ¿no?. De hecho el propio estudio dice que, aunque la media de juego diario de los niños no supera las dos horas diarias, los padres tienen la sensación de que están jugando todo el día. ¿Quizá porque hacen más ruido del debido y eso al final acaba 'machacando' por muy padre o madre que uno sea?. ¿O quizá porque volcamos sobre nuestros descendientes una responsabilidad excesiva basada en nuestras propias experiencias en la vida?.
Aseguran los expertos que tal advertencia sobre los beneficios del juego, esa que a mi me parece perogrullada, responde a una realidad: la cada vez más sobrecargada agenda de los más pequeños con todo tipo de actividades formativas. ¿Estamos creando genios desde la raíz?. Y... ¿cómo será un genio sin infancia?.