'Dexter' es otro ejemplo de esas teleseries sin complejos que han revolucionado el panorama televisivo estadounidense. Impensable, hace una década, encontrarse con escenas de violencia explícita, mensajes políticos de calado o desnudos integrales en series de televisión en horario de máxima audiencia. Lo ha conseguido el cable, más concretamente las cadenas que han apostado por estos productos aparentemente pensando en sus minorías, aunque hoy consigan incluso más audiencia que las series de las generalistas.
La del forense de la policía que, además, es asesino en serie es una de esas que alcanzan el éxito desde una cadena de cable, concretamente desde Showtime. Tras 7 temporadas (esta podría ser la penúltima) el personaje principal se ha convertido en un icono generacional. Y aunque la serie ha sufrido importantes altibajos y ha aplazado hasta lo inaplazable los giros argumentales que todo el mundo estaba esperando (ese es su gran pecado) es una de mis imprescindibles. Y, encima, esta temporada lleva camino de superar a la primera del asesino del camión de hielo, a esa gran temporada que fue la del fiscal Prado, o a la del carismático asesino Trinity.
Con la única objeción de una hermana demasiado dócil (vaya papelón el de los guionistas para abordar esta situación), todos los demás personajes y las demás piezas se han ido posicionando para crear un gran éxtasis final de temporada y, estoy convencido, procurar una última temporada muy dura para el protagonista de la mano de Laguerta.
1 comentario:
Con Dexter ando desfansadete desde que vi a Rita tomándose un baño :P, pero super enganchado a la segunda de American Horror Story (mejor que la primera incluso) y a la tercera de The Walking Dead (años luz de la segunda y maravillosa capi si capi también).
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