lunes, 23 de junio de 2014

Buenos días para el negocio de la tele



Han sido grandes días para el negocio televisivo. La actualidad vuelve a convertir a la tele en el medio de masas que fue y le procura un importante beneficio económico, justo antes de los meses más duros para la contratación publicitaria. La apuesta segura del Mundial de Fútbol y la Coronación de Felipe VI son acontecimientos que se traducen en cifras muy abultadas. Cerca de los diez millones de espectadores delante de la televisión en momentos concretos, que atraen a inversores publicitarios deseosos de colocar sus productos en semejantes tribunas. 


Mediaset se asegura grandes audiencias con el Mundial. Fuente: La Información

Ahora es muy difícil que una emisión televisiva pueda reunir a más de cuatro millones de telespectadores. De hecho, esa es la barrera establecida en los últimos tiempos para marcar el éxito, que se podría resumir en cuatro o cinco títulos en toda la temporada: ‘El tiempo entre costuras’, ‘El príncipe’, alguna película... Lo habitual queda muy lejos de las cifras medias de hace tan sólo una década, cuando el triunfador de las noches solía contar con más de seis millones de telespectadores.  Para que las cifras vuelvan a ser así de relevantes hace falta el apoyo de una realidad que pueda ser retransmitida. 


Las retransmisiones deportivas aseguran buenos ingresos publicitarios

En tiempos de crisis la labor de los departamentos comerciales se vuelve todavía más compleja. Nunca ha sido fácil rellenar las parrillas de programación con anuncios, pero todavía lo es menos con las audiencias desfragmentadas. Una situación que debilita uno de los principales argumentos para la venta a través de la tele, el de “va a llegar a mucha gente”. 

Eso sí, ahora se abre el camino a la especialización. Y los anunciantes descubren la importancia de dirigirse a unos espectadores muy concretos y fácilmente medibles a través de las modernas fórmulas de audiometría. La relevancia ya no está en colocar muchos anuncios en los principales momentos del día, sino en encontrar el hueco preciso donde estará la audiencia potencialmente influenciable. En EE.UU. hace mucho tiempo que los demográficos, los datos que se refieren a “quiénes” están viendo la tele, son más importantes que el share, que mide “cuántos” la están viendo. Incluso se han mantenido productos con poca audiencia global precisamente por la calidad de ésta. ¿Que qué buscan los anunciantes? Clase media, gente formada, con capacidad adquisitiva… Porque sí, eso también se puede saber.


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