Han sido grandes días para el negocio televisivo. La
actualidad vuelve a convertir a la tele en el medio de masas que fue y le
procura un importante beneficio económico, justo antes de los meses más duros
para la contratación publicitaria. La apuesta segura del Mundial de Fútbol y la Coronación de Felipe VI son acontecimientos que se traducen en cifras muy abultadas. Cerca de los diez millones de espectadores delante de la televisión en momentos concretos, que atraen a inversores publicitarios deseosos de colocar sus productos en semejantes tribunas.
Mediaset se asegura grandes audiencias con el Mundial. Fuente: La Información |
Ahora es muy difícil que una emisión
televisiva pueda reunir a más de cuatro millones de telespectadores. De hecho,
esa es la barrera establecida en los últimos tiempos para marcar el éxito, que se
podría resumir en cuatro o cinco títulos en toda la temporada: ‘El tiempo entre
costuras’, ‘El príncipe’, alguna película... Lo habitual queda muy lejos de las
cifras medias de hace tan sólo una década, cuando el triunfador de las noches
solía contar con más de seis millones de telespectadores. Para que las cifras vuelvan a ser así
de relevantes hace falta el apoyo de una realidad que pueda ser retransmitida.
Las retransmisiones deportivas aseguran buenos ingresos publicitarios |
En tiempos de crisis la labor de los departamentos
comerciales se vuelve todavía más compleja. Nunca ha sido fácil rellenar las
parrillas de programación con anuncios, pero todavía lo es menos con las
audiencias desfragmentadas. Una situación que debilita uno de los principales
argumentos para la venta a través de la tele, el de “va a llegar a mucha
gente”.
Eso sí, ahora se abre el camino a la especialización. Y los anunciantes
descubren la importancia de dirigirse a unos espectadores muy concretos y
fácilmente medibles a través de las modernas fórmulas de audiometría. La
relevancia ya no está en colocar muchos anuncios en los principales momentos
del día, sino en encontrar el hueco preciso donde estará la audiencia
potencialmente influenciable. En EE.UU. hace mucho tiempo que los demográficos,
los datos que se refieren a “quiénes” están viendo la tele, son más importantes
que el share, que mide “cuántos” la están viendo. Incluso se han mantenido
productos con poca audiencia global precisamente por la calidad de ésta. ¿Que
qué buscan los anunciantes? Clase media, gente formada, con capacidad
adquisitiva… Porque sí, eso también se puede saber.
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