lunes, 16 de noviembre de 2009

Artículo: Irresponsabilidad

En estos últimos meses han estado las aguas revueltas por la Casa Consistorial de mi pueblo. Y algún enteradillo que va de periodista pero que o no sabe o ejerce de 'hooligan' político, ha dicho alguna que otra tontería que me ha inspirado este artículo.


Se puede estar de acuerdo o no con los motivos esgrimidos para llevar a cabo una moción de censura. Es completamente legítimo actuar ante ella única y exclusivamente por motivos ideológicos o de partido. Pero lo que no es de recibo, bajo ningún concepto, es criminalizar por definición un instrumento legal que está recogido y perfectamente regulado en la Constitución Española.

Afirmar que toda moción de censura lleva consigo unos conspirativos motivos ocultos por parte de los que la presentan es una generalización indemostrable. Relacionar un conjunto de actuaciones concretas, con distintas motivaciones y protagonistas, con la corrupción política ralla la difamación. Y lo que es completamente inaceptable, al menos sin que existan pruebas y sin haber presentado previamente una denuncia ante el juzgado, es poner como ejemplo a un municipio concreto a la hora de decir cosas como las que he señalado anteriormente.

En este caso ha sido un columnista de la edición dominical de un periódico regional refiriéndose al reciente caso de Alcorisa. Pero la descalificación y deslegitimación de instrumentos y comportamientos legales y regulados que forman parte de nuestro ordenamiento jurídico parte, en otros muchos casos, de locutores de radio, de magistrados, de presidentes de autonomías, de gobiernos o de oposiciones. Pretenden y consiguen, así, reforzar sus intereses particulares, empresariales o partidistas a costa de laminar peligrosamente la legitimidad democrática, en un ejercicio de absoluta irresponsabilidad.



¡Que hay que saber qués lo que pone!.

1 comentario:

Ángel dijo...

Jesús Morales es un irresponsable, un personaje infame que demuestra un sectarismo y una falta de rigor impropias de lo que se le presupone a un profesional de la información.
Leer su artículo es vomitivo, un insulto a la inteligencia de la gente y de los alcorisanos y alcorisanas. No merecemos esa sarta de sandeces que nos dedica el susodicho, y que lo desacredita como periodista por su falta de rigor y por tendencioso.