Una bonita forma de desearos un buen año a través de este blog es aprovechándome de este Flashmob que encontrado en el Youtube y que, al parecer, se realizó en un tren de cercanías entre Vic y Barcelona.
¿Por qué nadie se anima a hacer estas cosas conmigo?
viernes, 31 de diciembre de 2010
miércoles, 29 de diciembre de 2010
Una lástima...
Aunque mi sensación general, lo admito, es que se lo trabajaban bien poco y que muchas veces podías encontrarte con noticias y presentaciones grabadas y mil veces repetidas o, al menos hasta que se estrenó el programa de Gabilondo, no había propuestas ambiciosas, echaré de menos CNN+.
Porque cuantos más medios de información tengamos mejor, sobre todo los que no nos obligan a ver noticias a una determinada hora, sino que nos dan la posibilidad de estar informados todo el tiempo.
Además está la pluralidad, hoy más necesaria que nunca después de los denodados esfuerzos de la derecha y ultraderecha por copar todas las frecuencias de la TDT.
Es una lástima que CNN+ muera sacrificada por la nefasta gestión de los responsables de PRISA, que sus trabajadores queden en la calle y que, encima, Tele 5, la nueva dueña, siga con su habitual línea al sustituir un canal de noticias por otro de 24 horas de Gran Hermano...
Porque cuantos más medios de información tengamos mejor, sobre todo los que no nos obligan a ver noticias a una determinada hora, sino que nos dan la posibilidad de estar informados todo el tiempo.
Además está la pluralidad, hoy más necesaria que nunca después de los denodados esfuerzos de la derecha y ultraderecha por copar todas las frecuencias de la TDT.
Es una lástima que CNN+ muera sacrificada por la nefasta gestión de los responsables de PRISA, que sus trabajadores queden en la calle y que, encima, Tele 5, la nueva dueña, siga con su habitual línea al sustituir un canal de noticias por otro de 24 horas de Gran Hermano...
Artículo: Otro día más
Noche de paz, noche de amor... Calificativos de peso para definir una fecha ya de por si marcada en una clara dirección, la de ser una noche buena. Y es quizá por tantos condicionantes previos por lo que la velada del 24 de diciembre es tan esperada como denostada. Una jornada que potencia tanto lo más positivo como lo más negativo. Que hace especialmente felices a los que lo son y que ahonda en la desgracia de los que no. Que atrae tanto a la alegría como a la hipocresía. ¿Es una celebración sincera o una obligación sistemática?.
Lo cierto es que resulta curioso comprobar la gran cantidad de personas que afirman no sentirse nada cómodas con la navidad y todo lo que le rodea. Y entre las posibles razones asoma, una vez más, la conversión de la fiesta en una rutina sistematizada que potencia comportamientos que, al final, se orientan al consumismo. Una evolución propia de este globalizado y mediatizado mundo del capital.
Lo que ocurre es que en navidad no sólo se nos indica la razón por la que hay que regalar, además se ha creado todo un universo de rituales y relaciones interpersonales que convierten en ineludible la presencia de una familia unida, de una fiesta entrañable o de emotivos reencuentros sentimentales. Parece obligatorio pasarlo bien y hacer de la velada algo especial. Y ya es así, incluso, para los que no creen en la festividad que se celebra.
Y lo tenemos tan interiorizado que las ausencias duelen el doble que en cualquier otro día, que las habituales disputas familiares parecen mucho más disputas o que la falta de tus seres queridos se hace mucho más notable. Y, en realidad, ¿no es el 24 de diciembre un día como cualquier otro?.
Lo cierto es que resulta curioso comprobar la gran cantidad de personas que afirman no sentirse nada cómodas con la navidad y todo lo que le rodea. Y entre las posibles razones asoma, una vez más, la conversión de la fiesta en una rutina sistematizada que potencia comportamientos que, al final, se orientan al consumismo. Una evolución propia de este globalizado y mediatizado mundo del capital.
Lo que ocurre es que en navidad no sólo se nos indica la razón por la que hay que regalar, además se ha creado todo un universo de rituales y relaciones interpersonales que convierten en ineludible la presencia de una familia unida, de una fiesta entrañable o de emotivos reencuentros sentimentales. Parece obligatorio pasarlo bien y hacer de la velada algo especial. Y ya es así, incluso, para los que no creen en la festividad que se celebra.
Y lo tenemos tan interiorizado que las ausencias duelen el doble que en cualquier otro día, que las habituales disputas familiares parecen mucho más disputas o que la falta de tus seres queridos se hace mucho más notable. Y, en realidad, ¿no es el 24 de diciembre un día como cualquier otro?.
martes, 21 de diciembre de 2010
'Expectando'
Mientras disfruto de las buenas sensaciones que me ha dejado el final de la quinta temporada de 'Dexter', una serie que, sin variar excesivamente su estructura, mantiene el interés a través de grandes historias con no menos grandes personajes sesión tras sesión, y me emociono ante el inminente comienzo del visionado (por fin) de 'Smallville' y 'Supernatural', dos de mis grandes apuestas seriéfilas aparcadas durante esta temporada por el descoloque que supusieron en mi programación las 4 temporadas seguidas de 'Battlestar Galáctica', estoy intentando cogerle el gusto a 'Mistifs' y la nueva miniserie sobre Sherlock Holmes en este tiempo, dos interesantes propuestas desde las islas británicas, y alucino ante nuevos proyectos que llegarán a las pantallas próximamente y de a los que no les falta, ante todo, originalidad... Vean, vean...
miércoles, 15 de diciembre de 2010
Pero... ¿qué es lo que tiene 'Mad Men'?
Acabo de terminar la cuarta temporada de 'Mad Men', una serie triunfadora desde hace unos años en los Globos de Oro y en los Emmys, que se nos presenta en pequeñas dosis de 13 capítulos por año y que narra la vicisitudes de un grupo de publicistas (Sterling, Cooper, Draper & Pryce) en los convulsos Estados Unidos de los años 60.
A priori, y del mismo modo que no digiero muy bien determinado tipo de cine digamos... inmovilista (por el poco movimiento que hay, que raya la absoluta quietud), esta serie no responde a mis preferencias por los relatos que atrapan a través de continuos giros y revelaciones que enriquecen, en un 'crescendo', la trama... Porque eso de no saber exactamente lo que te espera en el próximo momento y esperarlo con intriga, angustia, temor, emoción... ¡Ese es el discurso bien hecho que me motiva!. ¡Y ni siquiera hace falta correr para hacer las cosas dinámicas!. Dame un Hitchcock, un Spielberg... O un 'Perdidos', un 'Supernatural'...
Pero es que en 'Mad Men' nada de nada. Ni es dinámico, ni tiene giros inesperados, ni provoca emoción... Esta serie se cocina a fuego lento. Las situaciones no explotan, se construyen con pinceladas o, simplemente, ya estaban ahí y no las habíamos visto antes. No hay banda sonora que acompañe que haga peores los malos momentos y mejores los buenos. No hay, por supuesto, finales que te dejen expectante, con ganas de más... Pero algo tiene.
Algo que me engancha temporada tras temporada. Con capítulos que merecen estar en una vitrina del buen discurso. Porque algo tendrá si un capítulo en el que, durante más del 70% de su tiempo, se desarrolla una conversación tranquila (o un poco menos pero sin estridencias) entre dos personas consigue dejarme alucinado. Pedazo momento entre Peggy y Don Draper. El a la vez seductor y pobre hombre Don Draper. Porque, esto si lo tengo claro, lo mejor de 'Mad Men' son sus personajes, el cómo están construídos.
De hecho, el creerte un personaje, el sentir que tiene una vida de verdad, es lo que determina el éxito o no de muchas series. Pero este es otro tema del que escribiré otro rato...
Mientras tanto, y aunque no sepa exactamente por qué, esperaré con cierta inquietud pero, por supuesto, sin excesivas ganas, la próxima temporada de esa gran serie que se llama 'Mad Men'. También, por supuesto, para ver su magnifica cabecera.
Que, por cierto, tiene una parodia protagonizada por uno de los más famosos personajes de televisión.
A priori, y del mismo modo que no digiero muy bien determinado tipo de cine digamos... inmovilista (por el poco movimiento que hay, que raya la absoluta quietud), esta serie no responde a mis preferencias por los relatos que atrapan a través de continuos giros y revelaciones que enriquecen, en un 'crescendo', la trama... Porque eso de no saber exactamente lo que te espera en el próximo momento y esperarlo con intriga, angustia, temor, emoción... ¡Ese es el discurso bien hecho que me motiva!. ¡Y ni siquiera hace falta correr para hacer las cosas dinámicas!. Dame un Hitchcock, un Spielberg... O un 'Perdidos', un 'Supernatural'...
Pero es que en 'Mad Men' nada de nada. Ni es dinámico, ni tiene giros inesperados, ni provoca emoción... Esta serie se cocina a fuego lento. Las situaciones no explotan, se construyen con pinceladas o, simplemente, ya estaban ahí y no las habíamos visto antes. No hay banda sonora que acompañe que haga peores los malos momentos y mejores los buenos. No hay, por supuesto, finales que te dejen expectante, con ganas de más... Pero algo tiene.
Algo que me engancha temporada tras temporada. Con capítulos que merecen estar en una vitrina del buen discurso. Porque algo tendrá si un capítulo en el que, durante más del 70% de su tiempo, se desarrolla una conversación tranquila (o un poco menos pero sin estridencias) entre dos personas consigue dejarme alucinado. Pedazo momento entre Peggy y Don Draper. El a la vez seductor y pobre hombre Don Draper. Porque, esto si lo tengo claro, lo mejor de 'Mad Men' son sus personajes, el cómo están construídos.
De hecho, el creerte un personaje, el sentir que tiene una vida de verdad, es lo que determina el éxito o no de muchas series. Pero este es otro tema del que escribiré otro rato...
Mientras tanto, y aunque no sepa exactamente por qué, esperaré con cierta inquietud pero, por supuesto, sin excesivas ganas, la próxima temporada de esa gran serie que se llama 'Mad Men'. También, por supuesto, para ver su magnifica cabecera.
Que, por cierto, tiene una parodia protagonizada por uno de los más famosos personajes de televisión.
viernes, 10 de diciembre de 2010
La magia del cine
¿Qué cómo se hacen las cosas para que lo parezcan en el cine?. Si tenéis unos minutos no os perdáis este vídeo.
martes, 7 de diciembre de 2010
La Hispania mal contada
No consigo comprender muy bien muchas de las justificaciones del equipo que ha creado 'Hispania', la serie de Antena 3 TV, ante las muchas críticas que ha recibido la ambientación de la serie y sus errores históricos. Y no las entiendo, más que nada, porque casi todo lo que he leído por ahí tenía fácil encaje en la serie, sin causar ningún tipo de transtorno en la posible audiencia a la que, a veces, me parece se trata como gilipollas.
Lo de los hombres de otro tiempo o lo de que los rebeldes ante los romanos se autodenominen a sí mismos 'hispanos', podría haberse evitado sin problemas y sin afectar los guiones. Por lo tanto, esto suena más a dejadez o mal asesoramiento más que a otra cosa.
Porque, ¿qué costaba ponerle foso y torres a la infografía del campamento romano?. ¿Y por qué no puede estar más sucio todo?. ¿Por qué las esclavas deben parecer putas?. ¿Y por qué los rebeldes tienen todos armas manufacturadas?. ¿No se pueden crear con pequeños cambios?. Y ya no hablemos del poblado idílico... ¿por qué no crearlo en un promontorio y fortificado, como lo eran todos?. Y claro, ya no hablemos de los nombres elegidos para los personajes...
Y me jode porque toda historia mal contada afecta a la actualidad. Porque muchos se arrogan aún derechos o se creen con un determinado linaje distintivo por lo que se cuenta. Incluso los rencores y odios actuales responden a la historia mal contada. ¿O que creen que pensarán ahora los alumnos del profesor vasco que a mi me dijo que la Guerra Civil era una invasión española en toda regla?... Bufff...
Pues eso, que el creer que Hispania ya existía como tal antes de llegar los romanos, y que existía como una realidad única que englobaba a todos los territorios de la península, es muy peligroso porque puede dar alas a ultraderechistas, por ejemplo.
Las cosas, pues, siempre que se pueda, como son.
Aún recuerdo, por cierto, como me sacó de la hasta entonces notable película 'Braveheart' ver al rebelde escocés liado con la princesa de Gales. Ahí desconecté. Y es que no hacía ninguna falta tomarse semejante licencia histórica.
Os dejo un análisis autorizado de las cosas que cuenta Hispania...
ARQUEHISTORIA
Visto lo visto esta imagen no desentonaría mucho...
Lo de los hombres de otro tiempo o lo de que los rebeldes ante los romanos se autodenominen a sí mismos 'hispanos', podría haberse evitado sin problemas y sin afectar los guiones. Por lo tanto, esto suena más a dejadez o mal asesoramiento más que a otra cosa.
Porque, ¿qué costaba ponerle foso y torres a la infografía del campamento romano?. ¿Y por qué no puede estar más sucio todo?. ¿Por qué las esclavas deben parecer putas?. ¿Y por qué los rebeldes tienen todos armas manufacturadas?. ¿No se pueden crear con pequeños cambios?. Y ya no hablemos del poblado idílico... ¿por qué no crearlo en un promontorio y fortificado, como lo eran todos?. Y claro, ya no hablemos de los nombres elegidos para los personajes...
Y me jode porque toda historia mal contada afecta a la actualidad. Porque muchos se arrogan aún derechos o se creen con un determinado linaje distintivo por lo que se cuenta. Incluso los rencores y odios actuales responden a la historia mal contada. ¿O que creen que pensarán ahora los alumnos del profesor vasco que a mi me dijo que la Guerra Civil era una invasión española en toda regla?... Bufff...
Pues eso, que el creer que Hispania ya existía como tal antes de llegar los romanos, y que existía como una realidad única que englobaba a todos los territorios de la península, es muy peligroso porque puede dar alas a ultraderechistas, por ejemplo.
Las cosas, pues, siempre que se pueda, como son.
Aún recuerdo, por cierto, como me sacó de la hasta entonces notable película 'Braveheart' ver al rebelde escocés liado con la princesa de Gales. Ahí desconecté. Y es que no hacía ninguna falta tomarse semejante licencia histórica.
Os dejo un análisis autorizado de las cosas que cuenta Hispania...
ARQUEHISTORIA
Visto lo visto esta imagen no desentonaría mucho...
domingo, 5 de diciembre de 2010
Cosas del furbol...
¿Cómo nos va a dar nadie en su sano juicio un mundial de fútbol entre la presión de los mercados sobre la economía española, las cosas que dicen de nuestros políticos los cables del Departamento de Estado de los EE.UU. que ha sacado a la luz 'wikileaks' y, sobre todo, ante el discurso de este señor que es, nada más y nada menos, que el presidente de la Real Federación Española de Fútbol.
Atención al enlace, vedle y escuchadle porque váis a flipar de 'nuestro representante'.
Por cierto, siento el destino de este enlace. Es el único lugar donde he encontrado el vídeo. ¿Alguién puede hacerle una oferta de trabajo al pobre Pedrerol para sacarle de allí?
Atención al enlace, vedle y escuchadle porque váis a flipar de 'nuestro representante'.
Por cierto, siento el destino de este enlace. Es el único lugar donde he encontrado el vídeo. ¿Alguién puede hacerle una oferta de trabajo al pobre Pedrerol para sacarle de allí?
viernes, 3 de diciembre de 2010
Ese coche...
Mientras media España se mueve por carreteras heladas o bajo los rigores de un clima frio y otro cuarto está atrapada en los aeropuertos en lo que parece ser el último coletazo de un colectivo, el de los controladores, que merece la derogación de todos y cada uno de los privilegios que les hacen creerse merecedores de toda nuestra atención, yo me quedo donde estoy.
Me da mucha pereza coger el coche. Cada día más. Y más cuando hace frío o hay amenaza de hielo. No me gusta conducir. Y eso es un problema en este país, o más bien en esta comunidad autónoma, donde la red de transportes públicos es precaria.
Ummm... ¡con que cariño recuerdo el tiempo en el que vivía en Madrid y apenas cogí el coche cuatro veces en dos años!.
Por quedarme aquí me he perdido un par de cenas de amigos. Pero siempre se ha dicho eso de que quién algo quiere, algo le cuesta... Y a mi hoy me cuesta. Mucho!!
Me da mucha pereza coger el coche. Cada día más. Y más cuando hace frío o hay amenaza de hielo. No me gusta conducir. Y eso es un problema en este país, o más bien en esta comunidad autónoma, donde la red de transportes públicos es precaria.
Ummm... ¡con que cariño recuerdo el tiempo en el que vivía en Madrid y apenas cogí el coche cuatro veces en dos años!.
Por quedarme aquí me he perdido un par de cenas de amigos. Pero siempre se ha dicho eso de que quién algo quiere, algo le cuesta... Y a mi hoy me cuesta. Mucho!!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)