martes, 4 de agosto de 2009

Jurásicos modernos



En este veranito de calores que tan poco incita a la creatividad escritora (de ahí que ya tenga bastante con el trabajo y que este blog se actualice tan poco) retomo el hilo del blog para comentar un extraño fenómeno televisivo producido ayer mismo.

Ni la todopoderosa C.S.I., líder de apetencias durante años, ni la sorpresiva Los misterios de Laura, cuyos supuestos rompecabezas descubro a las primeras de cambio, pudieron ayer hacer nada en la batalla de las audiencias frente a una película para televisión de esas que a mí tanto me gustan: Cocodrilo (o Primeval en la versión original).

En cualquier otro día, quizá en otra estación, esta película hubiera pasado desapercibida, pero ayer atrapó a muchas de las personas que se sentaron ante la tele. ¡Por fín me siento justamente representado por las audiencias de este país!. Descubro emocionado que hay más frikis como yo, de esos que disfrutan con una peli de serie B que incluya, por supuesto, monstruo.



Claro que este monstruo es muy real. Quízá los cocodrilos, junto con los tiburones, orcas y grandes felinos, sean las únicas especies animales que aún asustan tanto a los humanos como para compararlos a los monstruos propios de las películas de terror. Eso sí, me dejo fuera los invertebrados de tamaño normal porque no tienen tamaño suficiente para entrar en la categoría de monstruo (puede ser que la anaconda).

El cocodrilo, además, es una especie propia del jurásico. El animal menos evolucionado, el que más nos recuerda a los lejanos dinosaurios. Y, junto a todo esto, el cocodrilo puede ser, de verdad, una máquina de matar.



De hecho la película de ayer no era sino la recreación de una historia real: la de un cocodrilo de gran tamaño, conocido como Gustav por la población, que ha atacado a numerosos humanos en el curso del río Ruzizi, entre la frontera de Ruanda y Burundi. La historia es tan cierta como que puedes encontrar numerosas referencias en internet a través del buscador más relevante. De hecho, incluso ha sido objeto de un documental del prestigioso National Geografic.

Esta historia me ha recordado que, hace tiempo, pretendí comenzar una serie de posts sobre mis monstruos favoritos. Un tributo a mi desmedida afición por el cine de criaturas malvadas o no tan malvadas pero feas que asustan. Tan sólo lo hice con mi peli y mi bicho favoritos: Tiburón. Pero en breve, quizá cuando se acabe el calor o incluso antes, lo retomo.

1 comentario:

Frijol Frances dijo...

pero esta es de las peores peliculas con cocodrilo gigante..si quieres ver una buena pelicula acerca de esto..mirate Rogue del Australiano Greg Mclean, el mismo de Wolf Creek.