domingo, 29 de mayo de 2016

Retos y disgustos del doblaje (the "hold the door" problem)



¡Ojo! Algunos pueden creer que este artículo contiene "spoilers"...


Los españoles no nos comunicamos demasiado bien en otros idiomas. Es una realidad difundida durante décadas que sólo ahora, al albur de un mundo más interconectado y la ayuda inestimable de las nuevas tecnologías, está empezando a cambiar. En Portugal, en cambio, se les da bastante bien el inglés. La destreza no se relaciona directamente con la educación, sino con un modelo de televisión en el que no existe el doblaje. Lo han visto todo con sus voces originales y, quieras o no, se coge el acento. 

Más allá de las consecuencias prácticas del "no doblaje", están las razones directas. Las características del lenguaje y de la expresión que definen a un territorio o a las propias personas se puede perder con la traducción, pese a la profesionalidad indiscutible de los dobladores. De hecho, el doblaje se impuso en España como forma de censura previa, para contar como a algunos les conviniera, cambiando lo que hiciera falta para no alterar los miedos franquista. Hoy sabemos que muchas expresiones cinematográficas no fueron tal y descubrimos que nadie en el mundo adapta los términos en inglés como nosotros (lo que se ríen por ahí de nuestro “iceberg” o el “wi fi”). 



Esto no es un spoiler. Es una gracia buenísima. 


Juego de Tronos, la serie 3.0 por excelencia, ha puesto de nuevo en la tribuna el debate sobre el doblaje. Todo a cuenta del ya famoso "hold the door". ¿Se podrá entender el final del capítulo 5 de esta sexta temporada con el doblaje? ¿Cómo se las ingeniarán los dobladores? Lo contaban en El País, confirmando que la solución va a ser "algo artificial": al resultado se llegará sin tener mucho sentido, retorciendo la frase "Aguanta el portón" hasta convertirla en lo que se ha de convertir. Pérdida de contenido en toda regla. 

¿Cuántas de estas nos habremos comido? Nuevamente es necesario destacar la profesionalidad de los dobladores: hacen lo que pueden. ¿Pero hay opción? ¿Acaso no hace lo mejor posible la dobladora de Gloria, la exuberante colombiana que patea continuamente el vocabulario en inglés en Modern Family? Es necesariamente complicado doblar al castellano un "espanglish" imperfecto con acento cerrado. Por eso, por muy bien que se haga, nunca será lo mismo escuchar a la Gloria original que a su dobladora. 



¡Qué grande es Sofía Vergara en Modern Family!


Quizá otros detalles podrían estar mejor cuidados. Yo empecé a ver Supernatural, esa serie a la que llevo enganchado once años, en castellano. La descubrí en TVE y le cogí tantas ganas que no estaba dispuesto a esperar el ritmo de emisión que imponían las televisiones españolas. Así que empecé a verla en inglés. Y me llevé una sorpresa al escuchar el tono de las voces originales, que nada tenían que ver con las dobladas. En español los Winchester parecían unos adolescentes recién salidos del instituto, mientras sus voces originales eran de "hombretones" de vida dura. El pobre Sam, sobre todo, nunca ha parecido el Sam que yo ahora reconozco cuando habla en español. ¿No es posible encontrar tonos más similares a los originales?



¿Apuntan los Winchester a sus dobladores?


De todos modos, las nuevas tecnologías permiten ya elegir el modo de ver la serie. Y si hay suerte y han creado subtítulos en castellano (que no siempre) todos podemos comparar. Que cada uno se quede con lo que más le guste.

No hay comentarios: