No esperaba yo, cuando empecé a ver la serie en las noches veraniegas de La 1 de TVE, allá por el año 2000, que aquel producto que parecía, básicamente, juvenil, iba a llegar a convertirse en una de mis series de cabecera.
Mi interés natural por 'Smallville' proviene de la figura de Superman. Un nombre que, curiosamente y ya iniciada la novena temporada, nunca ha aparecido.
La creación de la figura del héroe, de su condición social, de su vestuario, las características que le hacen único, forman parte del desarrollo de las tramas que protagoniza un chico con unos poderes que no comprende rodeado de sus amigos y familiares en una población, Smallville, expuesta a los influjos de las piedras de meteoritos.
Las primeras temporadas de la serie, de hecho, exploran las contradicciones personales de un chico que es diferente y que no quiere serlo. Claro que sus habilidades, de las que iremos descubriendo su origen poco a poco y que los seguidores de Superman ya saben, son necesarias para mantener a salvo a una población contaminada por unas piedras verdes que llegaron con la lluvia de meteoritos en la que llegó el bebé que luego se convirtiría en Clark Kent. Los efectos de la kriptonita sobre el héroe y sus compañeros de instituto serán, precisamente, la base de estos capítulos en los que la trama horizontal , la creación del héroe, pasa más desapercibida ante el friki del día y las relaciones personales con los amigos, entre los que se encuentra el mismísimo Lex Luthor.
Es al final de la tercera temporada, con una nueva lluvia de meteoritos como la que desencadenó la trama principal de Smallville, cuando la trama horizontal pisa el acelerador y las tramas se vuelven más oscuras, más dramáticas, coincidiendo con los cambios hormonales de los jóvenes y la evolución de los personajes hacia lo que marca la mitología Superman.
Al igual que la exitosa saga de Harry Potter, que se fue oscureciendo y haciéndose tan terrorífica como las situaciones a las que aludía según los protagonistas crecían, en Smallville hemos visto como el dolor y la oscuridad se han ido apoderando de la serie según los jóvenes se convertían en adultos. Y es que las series también crecen.
Lástima que las dos últimas temporadas, precisamente a raíz de la desaparición del personaje de Lex Luthor, no acaben de alcanzar el nivel que tuvieron la sexta y séptima, las mejores y más oscuras de la serie.
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