martes, 23 de febrero de 2010

Artículo: No Verbal

Desde los tiempos más remotos nos hemos comunicado sin necesidad de emitir sonidos. Desde que nuestros más antiguos ancestros, aquellos que nos dejaron sus dibujos en las cuevas, acompañaban sus gruñidos con todo tipo de movimientos.
Luego esos gruñidos derivaron en un lenguaje estructurado y se hizo innecesario expresarse con la vehemencia anterior porque las palabras suplieron a los gestos. Ha habido incluso momentos en la historia en los que utilizar demasiado nuestras facciones, dejar que hable el cuerpo antes que la boca, resultaba inapropiado. Y, para muchos, un problema, porque un simple movimiento, una mirada, podía incluso contradecir las palabras y poner al sujeto en cuestión en un grave aprieto.
Parece mentira que, con lo que hemos evolucionado y tras lo que hemos pasado, sigamos manejando con la misma soltura que nuestros hombres primitivos la comunicación no verbal.
El que llegó a ser un respetado líder en España, ha vuelto a llamar la atención de todos utilizando uno de esos gestos que tanto dicen con tan poco. Quizá no se lo esperaba, pero ha puesto de nuevo en el debate público a la poco mentada comunicación no verbal. Ha demostrado que se puede ser especialmente grosero, inapropiado e irrespetuoso sin decir ni una sola palabra y, lo que es peor, sin perder la sonrisa.
Eso sí, como siempre, la comunicación no verbal retrata el carácter de quién la usa.


3 comentarios:

Otrabajo dijo...

Ciertamente, el gesto de Aznar no parece muy correcto por parte de un ex-presidente. Dicho esto, este gesto también denota determinación por parte de Jose Mari, y esa determinación nos vendria muy bien actualmente, estando como estamos gobernados por un Presidente del Gobierno absolutamente falto de determinación y preparación.

Y así nos luce el pelo...

Anónimo dijo...

¿Surrealistas... o pasados de rosca?.

El semanario británico The Economist ha mostrado en su editorial la perplejidad que produce fuera de nuestras fronteras el hecho de que sea el juez Garzón la primera y única persona que puede sentarse en el banquillo en relación con los crímenes del franquismo (por intentar investigarlos, se comprende). Y es que por ahí piensan ya que nuestra ejemplar Transición no fue aquella cosa cuasi perfecta que pretendíamos, sino un arreglo forzado cuya mayor virtud fue la de esconder la mierda fascista bajo las alfombras de palacio y fingir que todos éramos demócratas desde pequeñitos, incluso los que habían sido ministros de la dictadura.

Pero es que en España se está pasando del surrealismo habitual a una especie de pasada de rosca colectiva que nos obliga a debatir sobre las extravagancias y exabruptos de la presidenta madrileña, la inefable Aguirre, o sobre el dedo corazón que exhibió Aznar ante quienes le vituperaban. Sin embargo la degradación y privatización que sufre la sanidad pública en el propio Madrid o la deriva ultraconservadora que ha impreso el expresidente español a su FAES apenas nos motivan como asuntos polémicos. Para qué.

La discusión de los asuntos públicos cada vez es más embarullada y tremebunda. Oyes hablar de la crisis y alucinas; de la situación política, y ya es demasié. Con estas cabecicas (y no me refiero sólo al Gobierno central, no), lo raro es que la ruina no sea hoy total y absoluta. ¡Pues no hay un mogollón de gente esperando que se hinche otra vez la burbuja inmobiliaria! En Aragón la querencia ladrillera, lejos de disiparse, se ha incrementado hasta convertirse en obsesión. Mientras, nuestro Gobierno autónomo es un ente fantasmagórico e inerte que flota en el espacio y del cual surge, de vez en cuando, la voz de Biel contándonos unas cosas rarísimas (algunas bastante graciosas, eso sí). Sufrimos con cada partido del Zaragoza, vibramos los fines de semana propicios para el esquí, nos entusiasmamos con los proyectos de Belloch y nos vemos retratados en Oregón TV, que en vez de un programa de humor lleva camino de convertirse en una de nuestras expresiones identitarias. Como cabras, oigan.

26/02/2010 JOSÉ LUIS Trasobares, El Periodico de Aragón.

Buen fin de semana, Anónimo

Unknown dijo...

Muy bueno Trasobares, si señor!!