En estos últimos días he participado de forma intensa (según mi madre intensísima) de una de las expresiones populares más arraigadas en la sociedad rural: unas fiestas patronales. Y es que unas fiestas de pueblo son mucho más que lo inmediato, es decir las peñas, las verbenas, el alcohol, los ligues... Además suponen un factor decisivo de convivencia y de comprensión entre los pueblos. No es que seamos muy conscientes de estar participando de algo así, pero sí, si lo racionalizamos es eso, y no lo que otros se empeñan en simplificar como ocio desmadrado (que también).
Total, que sigo alegrándome de que, aunque las cosas vayan cambiando con los años y en mis cuadrillas tenga más mocosillos alrededor y otras responsabilidades en la vida, sigamos disfrutando de las fiestas del pueblo casi como antaño.
Aunque este año hemos contado con un colaborador especial, para desgracia del vecino de la peña. Se trata de un megáfono, vehículo esencial para transmitir a la multitud tu alegría e intentar contagiarla de ella. En las fiestas de masas se agradecen estos inventos dirigidos a las masas. Lo hemos pasado bien y creo que los que han estado alrededor se lo han pasado bien también (excepto, repito, el vecino, que ha venido a llamarnos la atención como cuando éramos críos). Llevaba todo el verano viendo los megáfonos en manos de otros y tenerlo estos días, casi en sociedad con el amigo Santi, ha sido una gozada... Si es que soy un comunicador nato (para desgracia del vecino).
Se dice que la canción de este verano (aunque en esta ocasión la cosa no está muy clara) es la de los micrófonos. Nosotros la elegimos para la grabación de nuestro megáfono y, sin duda, fuímos el alma de la fiesta. Claro que, en lugar de los micrófonos, la 'Golosa' esta debería gritar 'los megáfonos', los verdaderos protagonistas de las fiestas del verano. Aún así, guardo tributo a la canción que tantos buenos momentos nos ha dado en los últimos días (para esto sirven las canciones del verano) dejando aquí el vídeo. Que por cierto, nunca me había parado a escuchar, la oía, pero no la escuchaba... ¡Y joeer que sexual!.
3 comentarios:
he de decirte que, no sé si por casualidad o por sentirme vecina de algún modo, me pasé las fiestas de mi pueblo preguntándome si no estaría regulada por la ley la venta ambulante de esos tratos.Megáfono por megáfono... y el mundo acabará sordo.
perdón, quería decir trastos en lugar de tratos... eso me pasa por publicar sin dar a la vista previa, ¡qué malas consejeras que son las prisas!
Donde puedo comprar un megáfono somo este?
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