Y una de las mías me lleva muchas veces con la imaginación hasta el 22 de noviembre de 1963, a la plaza Dealey de Dallas, en el estado de Texas de los EE.UU.
Allí, a las 12:30 horas, un atentado acababa con la vida de uno de los presidentes más populares de ese país. Había conseguido, en apenas 2 años, ilusionar como nunca a la sociedad de la época y dar a su cargo un aire nuevo. Era el conocido como JFK, John Fitzgerald Kennedy, el trigésimo quinto presidente de los EE.UU.
Mucho tiempo antes de que se estrenara en los cines la película 'JFK' de Oliver Stone sobre el asesinato de Kennedy y la investigación del fiscal de Nueva Orleans, Jim Garrison, que desmontaba todas las tesis oficiales con las que se cerró el atentado, yo ya estaba muy interesado en el tema.
Creo que fue a raiz de un documental que, me quiere sonar, ví en 'Documentos TV'. Me chocó que tras el asesinato del Jefe del Estado del país más importante del mundo hubiera tantas especulaciones, tantos cabos sueltos, tantas teorías conspirativas... A partir de entonces me lancé a descubrir, por mí mismo, todas esas ideas que se habían ido acumulando sobre el atentado, a entender las razones que pudieron haber llevado a una posible conspiración, cómo se podía haber realizado... Y nunca he dejado de interesarme por el tema, aunque reconozco que, últimamente y después de haber leído decenas de libros y haber visto otros tantos documentales, ya no prestaba tanta atención. Quizá porque tampoco hay noticias nuevas en este viejo caso.
Pero ha querido la casualidad que descubriera un libro del investigador Norman Mailer en la biblioteca zaragozana de la que me hecho socio. Se títula 'Oswald. Un misterio americano'.
He leído mucho sobre las teorías del asesinato y he intentado comprender las razones que podían haber existido para matar a Kennedy, por lo que he estudiado su vida y sus ideas... Lo que nunca había hecho es investigar a Oswald más de lo que aparecía en los libros centrados en teorías, tanto del tirador único como las conspiratorias. Así que nunca me había hecho una idea general del personaje que para unos es villano y para otros chivo expiatorio.
A través del completo libro de Norman Mailer, realizado con entrevistas personales y referencias a la investigación alrededor de todos los que han vivido o han compartido momentos con él, sí me he podido hacer una idea precisa de como era Lee Harvey Oswald, el señalado como asesino de Kennedy. Sobre todo he descubierto lo mucho que influyó en su vida su temprano matrimonio con la rusa Marina (claro que murió con tan sólo 24 años) y he ahondado en sus erráticas opiniones, sus confusos movimientos y sus intrigantes amistades.
El autor, Norman Mailer, se niega a creer que hubiera una conspiración. ¿Y por qué?. Porque Lee Harvey Oswald estaba lo suficientemente desequilibrado y era lo suficientemente capaz como para haberlo hecho solo. Y yo eso, por primera vez en mi vida, ya no lo discuto. Lo que ocurre es que la fuerza de las pruebas del propio asesinato y la poco menos que increíble vida de Lee Harvey Oswald apunta claramente a que no lo hizo solo. Y el mismo Mailer abre una puerta a esta interpretación al apuntar que el asesino de Oswald, Ruby, sí respondía a ordenes.
Leer mucho me está dando una idea global. Y en el próximo post la cuento.
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