martes, 16 de junio de 2009

Artículo: Ese fútbol difícil

Más allá de sentimentalismos y de orgullos por banderas y escudos, propios de la irracionalidad y la herencia, creo que el ser seguidor del Real Zaragoza es toda una suerte. Lo es por nuestras expectativas que deberían estar siempre en conseguir una posición digna en Primera División. Y si sale el año bueno y llegamos a la UEFA o ganamos la Copa del Rey, pues a disfrutarlo como algo extraordinario que, a la vez y no hay que olvidarlo, es mucho más frecuente en nuestro equipo que en los demás ya habituales equipos ‘medianos’ de la liga española.



No siento ninguna envidia por los seguidores de los grandes equipos. Por esos que, apenas un mes después de haber hecho historia en el fútbol español y europeo, ya están temblando pensando en que tal gesta no se repetirá la próxima temporada. Sabiendo que el segundo puesto siempre sabrá a poco.


Tampoco envidio a los seguidores de los clubes que, con cierta desfachatez y prepotencia de sus adinerados dirigentes, abren debates sobre fichajes extramillonarios que a muchos nos generan cierta vergüenza ajena, viendo como está por el país mucho personal. Se han creado tan altísimas expectativas que, de no ser cumplidas, pueden suponer una completa debacle. Y, encima, llevan sobre sus hombros la autojaleada conclusión de que tienen la alta responsabilidad de ser el equipo referencia del resto mundo, casi casi por obligación divina. Y así, perder ante el Racing de Santander (por ejemplo) no es perder, sino dar un doloroso paso al fracaso más absoluto. Que difícil es vivir con ese fútbol.

No hay comentarios: