Seguro que si alguno de los lectores prueba a leer estas primeras frases en alto, otro que le esté escuchando le dirá que eso es asì porque la vida en Francia está mucho más cara. Pero amigo, lo único que estará haciendo el apuntador es repetir una frase hecha que, hoy por hoy, ya no se ajusta a la realidad. Para comprobarlo tan sólo hay que preguntar.
Yo, que soy chico majo aunque el rollo políglota se me da fatal, estuve conversando hace poco con unas francesas que sí sabían hablar perfectamente castellano. Y aparte de dejarme claro que cualquiera de otro país controla el rollo políglota mucho mejor que cualquier español, me dieron unos interesantes datos sobre su economía doméstica.
Así pues, ratificaron lo que ya me temía después de algún viaje por la Europa cercana. Ya no existen diferencias notables entre lo que pagamos por nuestros servicios fundamentales, nuestra comida o nuestro ocio. Quizá tan solo es mucho más cara la gasolina, el tabaco o el alcohol. Pero nada más. Pero ¿y los sueldos?. Pues la media, aproximadamente, de 2.000 a 2.500 euros. A ver a cuántos jóvenes con sus primeros trabajos conocen que se acerquen a esas cantidades. Habrá que arreglarlo, ¿no?.
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