¿A qué estamos disparando?

He visto un impresionante reportaje de Jon Sistiaga titulado 'Sargento: ¿A qué estamos disparando?'. En él, el corresponsal ha estado durante días 'empotrado' con una unidad del ejército norteamericano. Y, al parecer, con completa libertad. Las imágenes las ha recogido personalmente, con una pequeña cámara, lo que le ha permitido integrarse como uno más en el campo de batalla iraquí y en los cuarteles estadounidenses.

Estoy impresionado por lo que he visto. La forma en la que se autoconvencen los soldados de que están haciendo el bien. El conflicto que supone el ser invasores y liberadores al mismo tiempo. Las difíciles y complejas relaciones con la población iraquí... Pero, sobre todo, la sangre fría que demuestra un reportero valiente y comprometido, sobre todo considerando su propia historia personal con esta guerra y con los soldados a los que acompaña. No olvidemos que él era el compañero del cámara José Couso, asesinado por las tropas norteamericanas.

Sistiaga no duda en preguntar lo que todos estamos pensando: "¿pero de verdad creéis que todo esto lleva a alguna parte?". Y al mismo tiempo se da cuenta de lo complicado que es mantener la coherencia en un conflicto disparatado.

Hace unas semanas ví la película 'En el valle de Elah'. No quiero desvelar nada a los que no la han visto, pero en ella somos testigos del daño que hace entre los jóvenes soldados norteamericanos su exposición a una guerra como la de Iraq.

En un momento de la película vemos a su estupendo protagonista, Tommy Lee Jones, echar en cara a un empleado hispano de un edificio oficial de su pueblo que ha izado la bandera norteamericana al revés. "Eso significa una llamada de socorro. Es pedir ayuda para que vengan a rescatarnos" le dice. Al final de la película el personaje vuelve a ese mismo lugar para darle la vuelta a la bandera, dándose cuenta de que algo grave le está pasando a su país y que sí, que necesitan ayuda.